Desde el Colegio Mayor Ausias March, entendemos que alguna vez hayas podido experimentar esa sensación de incomodidad a la hora de hacer una presentación o hablar en público.
Quizá notaste que tus oyentes no captaban la esencia de tu mensaje, se aburrían o se ponían a hacer otras cosas. Es normal, todos lo hemos sentido alguna vez.
¡Pero hoy es un buen día para el futuro de tus presentaciones! porque van a cambiar para siempre.
Desde la residencia universitaria en Valencia Ausias March nos hemos propuesto firmemente ayudarte a que tus presentaciones sean brillantes, te sientas cómodo en el escenario, e impactes de forma sustancial a tu audiencia.
A continuación, vamos a contarte los aspectos sobre los que deberás trabajar para mejorar tus presentaciones. Si trabajas realmente por mejorar en estos puntos clave, es inevitable que mejores tus presentaciones. Coge papel y bolígrafo porque empezamos:
Índice
Tipos de presentaciones para trabajos en la universidad
Durante la universidad, te enfrentarás a diferentes tipos de presentaciones, cada una con sus propias características:
Exposiciones de trabajos en clase: Presentaciones breves sobre temas específicos, donde se valora la claridad y la síntesis. ¿Quieres saber cuale son las mejores bibliotecas de Valencia para preparar tus trabajos y presentaciones?
Defensa de proyectos: Explicación de un proyecto práctico, donde es clave demostrar cómo se ha aplicado la teoría a la realidad.
Presentaciones de TFG o TFM: Defensas formales ante un tribunal, donde se valora la profundidad del análisis, la argumentación y el dominio del tema.
Posters académicos: Formato visual donde se resumen los puntos clave de una investigación para explicar en poco tiempo.
Seminarios o conferencias: Presentaciones más extensas con participación del público.
Pasos para hacer una buenas presentaciones
1. Apoyo audiovisual
Tal y como dice el título, se trata de que usemos el material audiovisual como punto de apoyo en nuestras prestaciones.
Buscamos que refuercen el mensaje, ilustren las ideas que se exponen, y en definitiva se mejore la comprensión y sea unja presentación más dinámica. Puedes usas PowerPoint, Prezi, Canva o cualquier otra herramienta con la que te sientas cómodo.
Olvida esas diapositivas cagadas de texto, diseño poco armonioso o demasiada información.
Pero sobre todo evita leer, ¡tu atención debe estar en tu público!
2. Inicio y final de la presentación impactante
Puedes utilizar el recurso que prefieras, ya sea una cita impactante que esté relacionada con tu ponencia, o simplemente introducir lo que vas a contar de una forma algo innovadora.
Si hay un momento en que necesitas sentirte seguro de ti mismo y actuar con energía positiva, tiene que ser el inicio de tu presentación. No quiere decir que luego no sea necesario.
Pero, realmente si no lo haces desde un inicio, estarás arrojando por la borda toda tu presentación.
Así que, mira al público y transmíteles con fuerza qué es lo que les vas a presentar y por qué razón les puede resultar interesante.
Realmente, muy poca gente lo hace y llevando esto a cabo te estarás diferenciando significativamente.
En cuanto al final, puedes hacer una recapitulación de las ideas importantes y acabar con un último mensaje potente. Recuerda que la mayoría de lo que retenemos en una presentación es la idea inicial y la final.
3. Storytelling
Contar historias, poner ejemplos, hacer uso de metáforas, comparaciones entre lo que estas explicando con cosas que tu audiencia conoce te ayudará a captar la atención de tu audiencia y engancharles completamente.
4. Lenguaje no verbal
Primero debemos hacer una diferenciación entre lenguaje verbal y lenguaje no verbal. Mientras que el primero hace referencia a lo que decimos con palabras, el segundo se refiere a lo que trasmitimos con nuestro gestos, postura, mirada, todo de voz, etc.
Según expertos en materia de comunicación, tan solo 7% de lo que expresamos con palabras impacta realmente en el receptor.
Mientras que el 93% restante del impacto de nuestro mensaje proviene de la comunicación no verbal, así que no la descuides porque en ella puedes encontrar el éxito o fracaso de tu presentación.
5. Voz, entonación y silencios
En realidad, este punto puede ir dentro del lenguaje no verbal. De momento quédate con que puedes (y debes) jugar con tu voz para expresar tus ideas. Eso sí, que guarde cierta coherencia y no sea nada forzado.
Simplemente se trata de jugar con la velocidad al hablar, la efusividad, energía, tono, pausas entre tus mensajes e incluso utilizar algún silencio para crear expectación o dar fuerza a un mensaje.
Piensa en una película. En ella vemos momentos de acción, otros más lentos, algunos alegres, otros algo tristes quizá.
Es decir nos transmite emociones en forma de montaña rusa con subidas y bajadas evitando la monotonía. Pues trata de hacer lo mismo con el uso de tu voz.
6. Vestimenta
En función del público al cual estés presentando o el lugar donde lo hagas deberás adaptar tu estilo. Trata de no pecar de demasiado formal en situaciones más informales y viceversa. Recuerda cuidar siempre tu marca personal en la universidad.
Sobre todo evita ir informal en una situación con alto grado de formalidad. Trata que sea congruente con el contexto.
7. Gestión del tiempo
«Nunca nadie se quejó por asistir a una presentación demasiado corta»
Puede que cuando empieces a aplicar los puntos anteriores te notes con mayor confianza y tengas más soltura a la hora de presentar. Eso es bueno, pero cuidado.
Respeta el tiempo que te ofrecen, no termines tu presentación demasiado antes pero sobre todo, no excedas el tiempo nunca.
Para ello estructura bien el mensaje, sintetiza puntos menos relevantes y dedica más tiempo a otros puntos que igual lo requieran.
8. Practica antes de la presentación
Trata de llevar a cabo la presentación en privado unos días antes las veces que necesites para sentirte como, con confianza, fluido y para asegurarte que cuadras los tiempos tal y como habías planeado.
Además, el día de la presentación ves con un tiempo de margen, prepara el equipo, revisa que tu Power Point esté correctamente, prepara los vídeo si deseas incluir, etc.
Todo esto, debes hacerlo en la medida de lo posible antes de que llegue tu público, para asegurar que no hayan sorpresas.
Esperamos que la próxima vez que tengas una presentación todos estos recursos sean útiles para saber como abordarla con éxito.
¿Tienes alguna duda sobre como trabajar alguno de estos puntos,? ¿quieres que los analicemos en profundidad?
¡Recuerda que te esperamos en nuestra residencia universitaria en Valencia!
Beneficios de hacer buenas presentaciones en clase
Hacer una buena presentación no solo mejora tu calificación, sino que también te prepara para el mundo profesional. Algunos de sus beneficios son:
1. Mayor impacto y claridad
Una presentación bien estructurada permite que la audiencia capte la información de forma rápida y efectiva. Al organizar las ideas de manera lógica y visualmente atractiva, evitas confusión y garantizas que los puntos clave queden claros para quienes te escuchan. En lugar de sobrecargar tus diapositivas con texto, el uso de esquemas, gráficos y ejemplos concretos facilita la comprensión y retención de la información.
Además, comunicar con claridad te ayuda a diferenciarte de otros estudiantes. Una presentación bien planteada demuestra que dominas el tema y sabes transmitirlo de forma efectiva. Esto no solo mejora tu calificación, sino que también deja una impresión positiva en profesores y compañeros, quienes percibirán tu exposición como más profesional y bien preparada.
2. Confianza y seguridad
Preparar adecuadamente una presentación te permite afrontar el momento con mayor seguridad y reducir los nervios. Cuando tienes claro el contenido y has practicado lo suficiente, te sientes más seguro al hablar, evitando muletillas, pausas innecesarias o bloqueos mentales. La práctica es clave para ganar fluidez y naturalidad en la exposición.
Además, superar el miedo a hablar en público es una habilidad que te será útil más allá de la universidad. Al acostumbrarte a exponer tus ideas frente a otros, desarrollas una mayor confianza en tu capacidad de comunicación, lo que te será útil en cualquier entorno profesional. La clave está en recordar que, con cada presentación, mejoras un poco más y te vuelves más hábil en la oratoria.
3. Desarrollo de habilidades clave
Las presentaciones no solo consisten en hablar en público; también requieren síntesis, argumentación y comunicación efectiva. Al preparar una exposición, aprendes a resumir la información más relevante, estructurar tu discurso y desarrollar una narrativa coherente que capte la atención del público.
Además, en una presentación universitaria muchas veces necesitas justificar tus argumentos, responder preguntas y manejar objeciones. Esto fomenta el pensamiento crítico y te enseña a defender tus ideas con solidez. Estas habilidades son esenciales en cualquier ámbito profesional, ya que permiten transmitir información de manera clara y persuasiva, ya sea en reuniones de trabajo, negociaciones o debates.
5. Mejor conexión con la audiencia
Una presentación bien preparada no solo informa, sino que también engancha a la audiencia y la mantiene interesada. A través de un buen uso del tono de voz, el lenguaje corporal y recursos visuales atractivos, logras captar la atención y evitar que los oyentes se desconecten.
Además, cuando consigues que la audiencia se involucre, el mensaje se vuelve más memorable. Hacer preguntas, utilizar ejemplos prácticos o incluir anécdotas relevantes ayuda a que la exposición sea más dinámica y participativa. De esta manera, no solo transmites información, sino que también generas impacto en quienes te escuchan.
6. Facilidad para futuras presentaciones
Cuantas más presentaciones realices, más fácil te resultará enfrentarte a exposiciones futuras. La práctica constante mejora la habilidad de hablar en público, haciendo que poco a poco te sientas más cómodo y seguro en este tipo de situaciones. Esto te será útil en entrevistas de trabajo, presentaciones profesionales y conferencias.
Además, una buena presentación universitaria te prepara para situaciones donde tendrás que exponer ideas frente a personas influyentes, como directivos o clientes. Saber estructurar un discurso, captar la atención del público y responder preguntas con confianza son habilidades clave en el entorno laboral. Si empiezas a desarrollar estas capacidades en la universidad, estarás mejor preparado para tu futuro profesional.
Cómo hacer una buena presentación de TFG
La presentación del Trabajo de Fin de Grado (TFG) es clave para demostrar el esfuerzo de meses de investigación. Para hacer una defensa efectiva, ten en cuenta:
Tiempo limitado: Suele durar entre 10 y 20 minutos. Practica para ajustarte al tiempo y no correr al final.
Estructura clara: Introducción, metodología, resultados, conclusiones y futuras líneas de investigación.
Lenguaje técnico pero comprensible: No te excedas con tecnicismos. Explica los conceptos clave de forma sencilla.
Defiende con seguridad: Justifica tus decisiones metodológicas y demuestra que dominas el tema.
Prepara bien el turno de preguntas: Repasa posibles dudas que pueda tener el tribunal y ten respuestas bien fundamentadas.
Cómo hacer una buena presentación de TFM
En la defensa del Trabajo de Fin de Máster (TFM), el nivel de exigencia es mayor. Sigue estas claves para hacer una presentación sólida:
Enfoque profesional y académico: Presenta tu trabajo con un lenguaje más especializado.
Énfasis en la originalidad y el impacto: Explica cómo tu investigación aporta valor dentro de tu área de estudio.
Argumentación sólida: No basta con exponer resultados, es clave justificarlos con evidencia y referencias teóricas.
Diapositivas estratégicas: Incluye gráficos y datos clave, pero sin sobrecargar la presentación con texto.
Ensaya posibles preguntas complejas: En el TFM, los tribunales suelen hacer preguntas más retadoras, prepárate para responder con confianza.
Factores clave para una buenas presentaciones de trabajos en clase
Objetivo claro: Antes de empezar, ten claro qué quieres transmitir
Toda presentación debe partir de una intención clara. Antes de ponerte a diseñar diapositivas o estructurar tu discurso, pregúntate: ¿qué quiero que recuerde mi audiencia? Tener un objetivo definido te ayudará a enfocarte en los puntos clave y a evitar divagaciones o información irrelevante.
Por ejemplo, si tu presentación es sobre un tema de investigación, tu objetivo podría ser demostrar la relevancia de tus hallazgos y su impacto. Si estás defendiendo un proyecto, tu propósito será convencer al jurado de la viabilidad de tu propuesta. Sea cual sea el caso, asegúrate de que cada parte de tu presentación refuerce ese objetivo y lo haga fácil de entender para la audiencia.
Conexión con la audiencia: Adapta tu tono y lenguaje al público que te escucha
No todas las presentaciones requieren el mismo nivel de formalidad o tecnicismo. Si estás presentando un tema complejo ante compañeros de clase que no son expertos en la materia, utiliza un lenguaje claro y ejemplos prácticos que faciliten la comprensión. En cambio, si tu audiencia es un tribunal académico, es recomendable un tono más profesional y referencias bien fundamentadas.
Otro aspecto clave para conectar con la audiencia es el uso de recursos narrativos. Contar una anécdota breve, hacer una pregunta al público o utilizar ejemplos reales puede hacer que tu presentación sea más atractiva y fácil de recordar. Además, mantener contacto visual y mostrar entusiasmo por el tema genera confianza y credibilidad.
Uso correcto de la voz: Habla con un tono variado, ni muy rápido ni muy lento, y proyecta la voz
El tono de voz influye directamente en cómo la audiencia recibe el mensaje. Si hablas demasiado rápido, puede parecer que estás nervioso y dificultar la comprensión. Si hablas demasiado lento, podrías perder la atención de tu público. Lo ideal es encontrar un ritmo natural y equilibrado.
Además, variar el tono de voz ayuda a enfatizar los puntos más importantes y evitar que la presentación suene monótona. Proyectar bien la voz también es fundamental, sobre todo si estás en un aula grande o en un auditorio. Hablar con claridad y volumen adecuado garantiza que todos puedan seguirte sin esfuerzo.
Apoyo visual sin saturación: Diapositivas con imágenes y puntos clave, sin llenar de texto
Las diapositivas deben complementar tu presentación, no ser un guion que leas palabra por palabra. Un error común es llenar las diapositivas con demasiado texto, lo que hace que la audiencia se distraiga leyendo en lugar de escucharte.
Opta por puntos clave, imágenes ilustrativas y gráficos que refuercen tu mensaje. Usa un diseño limpio, con una combinación de colores agradable y una tipografía legible. Recuerda que menos es más: una diapositiva sencilla y bien diseñada es mucho más efectiva que una recargada de información.
Postura y lenguaje corporal: Mantén una postura abierta, usa gestos naturales y evita cruzar los brazos o mirar al suelo
El lenguaje corporal influye en la percepción que la audiencia tiene de tu confianza y seguridad. Mantener una postura erguida y abierta transmite autoridad y credibilidad. Evita cruzar los brazos, esconder las manos en los bolsillos o balancearte de un lado a otro, ya que estos gestos pueden dar una impresión de inseguridad o nerviosismo.
Usar las manos para gesticular de manera natural puede ayudar a enfatizar ideas y hacer que la presentación sea más dinámica. Además, moverte de forma moderada por el escenario o el aula (sin exagerar) puede hacer que la presentación sea más atractiva visualmente y evitar que parezcas estático.
Otro punto importante es el contacto visual. Mirar a la audiencia en lugar de fijarte en las diapositivas o el suelo genera una conexión más fuerte y demuestra seguridad en lo que estás diciendo.
Manejo del tiempo: Respeta el tiempo asignado, ni demasiado corto ni excediéndote
El tiempo de una presentación es limitado, por lo que es clave gestionarlo bien para no quedarte corto ni extenderte demasiado. Practicar con cronómetro te permitirá ajustar tu discurso y evitar apurarte en los últimos minutos.
Si te excedes en el tiempo, corres el riesgo de que la audiencia pierda interés o de que los organizadores te interrumpan antes de terminar tu exposición. Por otro lado, si terminas demasiado rápido, puede dar la sensación de que no has desarrollado bien el tema.
Para asegurarte de que todo fluye bien, divide tu presentación en secciones y asigna un tiempo estimado a cada una. También es útil ensayar varias veces para sentirte más cómodo con el ritmo y evitar improvisaciones de último momento.
Dominar estos factores clave te permitirá hacer presentaciones más efectivas y memorables. No se trata solo de transmitir información, sino de hacerlo de una manera que capte la atención, genere impacto y deje una impresión duradera en tu audiencia. ¡Practica y verás cómo mejoras con cada presentación!