Al empezar el curso en el mes de septiembre nos planteamos que el año es muy largo. No vamos a estresarnos desde el primer día ¿para qué?
Bajo esta premisa, dejamos grandes e importantes trabajos como el Trabajo Final de Grado (TFG) o el Trabajo Final de Máster (TFM) para los últimos meses…un error muy común y que se repite año tras año tras año, etc.
Por eso, ahora que tienes tiempo, si vas a entrar el próximo curso en el último año de tu carrera o de tu máster, te recomendamos que este verano, aunque estés decidido a olvidar apuntes y libros para pasártelo bien y tomar un merecido descanso, empieces a estructurar en tu cabeza un plan de ideas, un calendario.
Lo hemos dicho más de una vez, y es que hay tiempo para todo. En las vacaciones de verano hay horas para dormir, para salir de fiesta, para tomar algo, para estar con la familia, descansar haciendo siestas, tomar el soy y, por qué no, también lo hay para pensar en lo que viene.
Porque el tiempo pasa y, queramos o no, va a llegar el día de culminar nuestros estudios con un TFG o TFM. En este sentido, ¿qué mejor que lo hagamos bien?
Pero tranquilo, no te agobies ya, eso es lo que queremos, que te tomes las cosas con tiempo y, como se suele decir, las hagas despacito y con buena letra; ya que hacerlas los últimos dos meses no te va a servir para nada más que para conseguir un trabajo hecho rápido y, seguramente, mal.
Asimismo, estos días empieza a pensar bien de qué quieres hacer el trabajo final, qué tema o temas te interesan. Y es que lo mejor es que te plantees un par o tres de alternativas por si no te permitieran realizar lo que tenías planteado en primea instancia.
Ahora sí, con dos temas, por ejemplo, de por medio, tu labor antes de empezar el curso será tan simple como plantearte una estructura o índice para vertebrar el trabajo.
Será después de este punto cuando puedas empezar a pensar qué material necesitas para conjugar este trabajo final (publicaciones, libros, entrevistas, encuestas…).
La tarea «sucia», el trabajo como tal de leer y extraer puedes hacerlo cuando empiece el curso, si es que ahora no quieres, pero cuando empiece, y no cuando estés a dos meses para concluirlo.
Así, es también muy oportuno, una vez elegido y aprobado el tema, concertar reuniones de manera continua (cada tres semanas o cada mes) con tu coordinador/a. Estas citas te ayudarán a esforzarte, ya que tendrás pequeñas metas a corto plazo que tendrás que cumplir para revisar tu trabajo final.
Durante la época de exámenes, si has sabido organizarte tal y como te contamos, podrás aparcar tu TFG o TFM durante un mes para dedicarte únicamente a estudiar.
Además, si eres una persona eficiente, productiva y organizada con tu trabajo final, conseguirás tenerlo terminado para la primera fecha de convocatoria de una manera holgada y, de no aprobar (algo extraño con tanto tiempo de faena), podrás presentarlo a una segunda convocatoria.